En el mundo todavía hay dos millones de niñas y niños que siguen trabajando recolectando cacao, café y azúcar. Grandes corporaciones controlan la producción y venta de productos alimentarios con un gran impacto en la vida de millones de personas y en el medio ambiente. Y por doquier desaparecen pequeñas productoras y productores, granjas y cultivos hartas de la explotación.
El 13 de mayo se celebra cada año el día del comercio justo. Es una cita para reivindicar un modelo de producción y consumo que certifica que se pagan precios justos y se mantienen condiciones laborales dignas para quien produce y transforma nuestros alimentos. Recomendamos este año visitar la web de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, contiene información muy valiosa sobre la realidad del comercio de estos productos.
Los supermercados cooperativos nacemos precisamente bajo este objetivo, llevar el comercio justo a nuestra alimentación.
Nuestro café está libre de explotación infantil, nuestro cacao procede de fincas ecológicas con un impacto hasta un 60% menor en el medio ambiente, y nuestro azúcar procede de pequeñas cooperativas que compran su producción a familias con pequeños terrenos.
Pero no nos quedamos ahí. Los criterios de comercio justo, tradicionalmente asociados a productos de países del sur global, también los hacemos extensibles a los productos de casa. Todo esto lo conseguimos gracias a nuestros criterios de compra, que priorizan la produción local y la remuneración justa. Y eso se nota en productos como las hortalizas o frutas, donde pagamos hasta seis veces más a las agriculturas y agricultores, sin que ese incremento se traslade al precio final, ya que eliminamos intermediarios.
La Red de Supermercados Cooperativos ha alcanzado acuerdos con las principales entidades que distribuyen el comercio justo a nivel estatal, como son la cooperativa IDEAS, la ONG Intermón Oxfam, la cooperativa Alternativa 3, y la cooperativa Espanica. Estos acuerdos benefician a todas las partes y fomentan un consumo que garantiza las condiciones laborales en terceros países, así como una producción en mayor equilibrio con los ecosistemas, al ser la mayoría productos ecológicos. Sin olvidar la calidad, ya que la materia prima y la forma de elaborarlos conserva muchas más propiedades organolépticas y nutricionales.
Los supermercados cooperativos nacemos para cambiar las cosas, por eso este año decimos que #somosgentejusta.